sábado, 25 de junio de 2011

QUÉ ESPERAR CUANDO SE ESTÁ ESPERANDO


Por: Jorge L. AMAYA REYES
15 JUNIO 2011.

                Las esperanzas puestas en el devenir institucional, entendiendo su realidad como proceso o cambio en la que se producen  hechos, no por propia casualidad sino con una sensata planificación, nos impulsa  modular nuestra responsabilidad e involucramiento para lograr un buen producto que nos compromete a ser cautos en su perfectibilidad, avance y desarrollo. Esta ESPERA inquietante nos está llevando al pesimismo e indiferencia. Sin embargo, ESPERAMOS esperanzados en liderazgos que enrumben nuevos destinos, en  el nacimiento de una nueva gestión, como la espera de una gestación que trae al nuevo ser en base a la   planificación  y construcción de su destino de una manera reflexiva a todas las inquietudes que puedan tener  los futuros padres, como lo indica Ariene EISENBERG en su libro del cual he usurpado el título para este artículo.

                Mi vehemencia por expresar siempre mis convicciones, quizás en el vacío o en los oídos sordos de la indiferencia, se sustenta en mi creencia férrea hacia una nueva Universidad, sin importar que el resto se oponga, aún sabiendo que esta crisis es de hombre, sin embargo, Magín Pérez (USMP) nos alienta diciendo que, toda crisis siempre trae una oportunidad para tomar un rumbo que antes no habría sido pensado. Por eso,  la esperanza firme que las tensiones de poder consensuen a objetivos institucionales bajo la  meritocracia, sin imitar las extravagancias de la macroestructura política del país sometida a intereses partidarios, que no es el caso para la institución universitaria. Por tanto, seguimos ESPERANDO una modificación de actitudes, que es la base fundamental del cambio y la acreditación bajo un principio axiológico.

                Pero, específicamente ¿QUÉ ESPERAMOS  CUANDO SE ESTÁ ESPERANDO ESPERANZADOS  EN UNA REFORMA INSTITUCIÓN?

                1.- ESPERAMOS cambios en liderazgo, planificar nuestro quehacer para lograr la satisfacción institucional y social frente  a lo que decimos y hacemos, y es lógico que está en nuestras propias manos. Sin embargo, no decimos y  no hacemos nada. Cuando no decimos, caemos en el silencio propio de la estupidez y si decimos, nos insertan el cliché de “ENEMIGOS DE LA INSTITUCIÓN”,  aunque ahora ya se habla de “DÉBIL ESTABILIDAD EMOCIONAL”. Cuando  hacemos, otros dicen hacer adictamente tres veces y en tiempo record, y cuando no hacemos caemos en la inmoralidad del no hacer nada. Por ello que, nuestra ESPERA no debe sustentarse en una estética pose de brazos cruzados para recibir lo esperado. Así no aparece ni lo inesperado. Queremos cambiar resistiéndonos al cambio.

                2.- ESPERAMOS un cambio de actitud,  pasar de intelectuales generadores de credos que abrazamos el opuesto sin mayor inventario,  a intelectuales propositivo, prospectivos  y proactivos comprometidos éticamente a modular nuestro protagonismo, sin esperar retribuciones y sometimientos políticos, porque la universidad pública se viene convirtiendo por un lado, en beneficencia,  repartiendo ineficientemente los escasos recursos y por otro lado en mercado,  vendiendo y comprando conciencias, voluntades, nepotismo y empleocracia.

                3.- ESPERAMOS consensos en los grande objetivos institucionales, porque los disensos hacen daño. Pero estos consensos se logran con  liderazgo, de lo que actualmente  carecemos. Hoy, en menos de un año de gestión, vemos una atrevida polarización política, sometida en la convicción vitalicia y hegemónica de algunas autoridades  de aspirar dañinamente gobernar nuestra institución muchos lustros, bajo el oscuro aval y sometimiento de la mediocridad y de aquellos que aún no conocen la función de la universidad. El continuismo conlleva a esconder corrupciones y actos reñidos por la ética.

4.- ESPERAMOS levantar una cultura de autocrítica y autoevaluación personal para marcar nuestro destino y cumplir nuestras funciones. Ahora puedo contestar a Robert J. STERNBERG cuando pregunta su Obra “POR QUÉ LAS PERSONAS INTELIGENTES PUEDEN SER TAN ESTÚPIDAS”. Lo más fóbico en una persona es la práctica de  la autocrítica y su autoevaluación. Muy pocos son los que aceptan y practican estas acciones, trayendo como consecuencia,  enfangarnos en el charco de la EGOADICCIÓN, convirtiéndonos  en los “Supereficientes”, “Supercompetente” de nuestras funciones cuando logramos un gobierno institucional con intereses mezquinos. Ninguna autoridad se atrevería a  expresar que su gestión es débil o asuma errores y desaciertos, esto es un ¡DELITO QUE COMETE EL ADVERSARIO!  Algunos se atreven a decir, “…PUEDO AFIRMAR ENFÁTICAMENTE QUE HEMOS LOGRADO MUCHAS COSAS MÁS A MITAD DE MI PERÍODO DE LO QUE TÚ HICISTE EN MAS DE TRES AÑOS COMO DECANO…” ¡Que soberbia! No hay mejor ejemplo de egoadicción que esta pobreza racional, de allí la respuesta a STERNBERG. Las gestiones pasan, los hechos quedan, esperando que cada hecho, en su espacio y en su tiempo, sea mejor para llegar a la excelencia, esa es la esperanza que toda gestión tiene, sin llegar a comparaciones ni analogías o inferencias probabilísticas. Una universidad se supera no para ser mejor que otra, ni homogeneizar sus funciones, sino para lograr el sueño de la juventud. Tengo la experiencia de un colega cuando terminó su  gestión como Director de la Escuela de Formación Profesional de Secundaria, que al despedirse  pidió sustentar su labor, y después de una larga e ilusa información de su tarea, terminó diciendo “…..POR TANTO MI ENCOMIABLE GESTIÓN LA CALIFICO CON UN DIECINUEVE”, una gran lección de egocentrismo.

5.- ESPERAMOS  una real actitud hacia nuestra acreditación, en base a una gran convicción por escudriñar nuestra realidad, una autoevaluación que se inicie bajo la convicción personal de no creer que la acreditación está a la vuelta de la esquina y que ya estamos a punto de acreditarnos. Porque esta actitud sinvergüenza nos lleva a la  autoestafa y conformismo Institucional. La acreditación no solamente se da en términos patrimoniales, estadísticos y llenados de formularios para decir “Si tenemos”, “No tenemos”, “No hacemos”, “No contamos”, etc. si no más bien, se debe medir en términos axiológicos para contestarnos “Por qué no tenemos”, “porqué no hacemos”, “por qué no contamos”, “por qué no queremos”,…, “cómo lo hacemos”, “qué debemos”, etc.”   Reflexiones fundamentales para preservar la confianza institucional y social, romper la resistencia al cambio, asumir  el involucramiento y la responsabilidad de nuestra comunidad universitaria.

                Es una lástima pensar que nos vamos acreditar frente al descrédito o pérdida de reputación personal e institucional:

a.- No  podremos acreditarnos, si no hay una reflexión de lo que queremos como modelo educativo, por ello que rondamos  solamente en  Currículos aventureros con ánimos de lograr créditos personales,  para luego colgarlo en un rincón del despacho para decir que contamos con un “Instrumento Educativo”. La velocidad del conocimiento nos exige la revisión y evaluación permanente de este sensible proyecto, para redefinir los perfiles y asegurar un producto competitivo, para ver si el docente se ubica en la gran tarea de la formación integral del aprendiz.  Estamos viviendo en un entorno eminentemente cambiante, por lo que se nos hace imprescindible generar estrategias de involucramiento para adaptarnos a estos tiempos dinámicos, globales e internacionales, Afrontar el reto de una masificación de la población estudiantil, La demanda de nuevas carreras, Incremento de Instituciones superiores, y un  débil y grosero presupuesto que estrangula a la universidad peruana . ¿Cómo puede una institución vislumbrar calidad,  si su recurso humano no goza de ella? Y como asegura Peter Senge, ¿Cómo podría responder a las demandas de su público una institución que no es capaz de convertir la experiencia individual de sus miembros en acción de conjunto?

Sin embargo: debemos tener  presente que:

-          la calidad no es un resultado de improvisaciones.
-          Las instituciones universitarias son cada día más conscientes del potencial competitivo que debe caracterizar al producto que egresa de sus aulas.
-          La calidad no se compra, no se enmascara, ni se engaña con premios.
-           La calidad no es sinónimo de lujo.
-          La calidad es axiológica.
-          La calidad se demuestra, porque es resultado de la convicción y del esfuerzo colectivo.
-          La calidad, desde un punto de vista estricto, no es un problema técnico, es ante todo un problema humano, de conocimientos, de actitudes; pues, la preocupación más importante es la calidad de las personas, para llegar a obtener la calidad de la institución.
-          La cultura de la calidad se concibe mediante mecanismos mentales para la sensibilización de sus miembros y la capacidad de identificación de las causas para planearse  objetivos.
-          Es la concepción de los grandes fines de la función del docente y de todos los involucrados que se plasma en el CURRÍCULO  para adecuarse a responder a situaciones coyunturales.

¿Lo tendrán en cuenta nuestras Autoridades (¿“Líderes”?) para redefinir sus compromisos? ¡Yo creo que aún NO!

b.- No podremos acreditarnos, con la polarización política en los órganos de gobierno y en la propia  institución, con  odios exacerbados de individuos cuyas heridas sangran al ver perdida y deteriorada su ambición por el poder, esperando que el Tribunal constitucional les dé un hálito de esperanzas. Es necesario que la autoridad Institucional responda  para una tranquilidad en la gobernabilidad de nuestra universidad.

c.- No podremos acreditarnos, si vivimos con la imposibilidad de entender que la transformación institucional, es una tarea de todos, que es una tarea de involucramiento y de convicción frente a lo que vivimos y cómo deseamos vivir.

      d.- No podremos acreditarnos, si  despreciamos a la meritocracia frente a los intereses de grupo para dirigir el cambio institucional y las retribuciones por cargos sin importar los intereses institucionales. La universidad no es una institución política partidaria; la universidad es propiedad de los intelectuales. La universidad es por definición “Universalidad y excelencia” y no podemos partirla por la bendita ACCIÓN CHAUVINISTA que enarbola la ignorancia y mediocridad.
            e.- No podremos acreditarnos, si no tenernos un fortalecimiento en las bases normativas. No podemos decir ni  escribir lo que no somos capaces de hacer, (El estatuto y la Ley norma la departamentalización sin embargo hace muchos años que no atendemos).

f.- No podremos acreditarnos, si la universidad y las facultades no tienen el interés y capacidad  de elaborar y aplicar un plan estratégico o un proyecto de vida institucional para orientar nuestras funciones y solventar muchos estándares en la autoevaluación.

g.- No podremos acreditarnos, si vivimos en la práctica mercantilista de las tesis y sus respectivos jurados. Hay que prevenir y sancionar esta estafa académica.

h.- No podremos acreditarnos,  si tomamos como una acción secundaria y casi nula a la investigación,  velando la pasividad del vicerrector de Investigación,  sin sueños ni esperanzas, ni oficina para desempeñar  su función.

i.- No podremos acreditarnos, si el continuismo conlleva a esconder corrupción y actos reñidos por la ética y la moral. Lo que sucedió en el último examen de admisión y ahora  oponiéndose al cambio inmediato del Director.

j.- No podremos acreditarnos si los escasos recursos económicos son dirigidos a acciones asistencialista y populistas poniendo en riesgo los intereses del estudiante. La universidad se convierte en una beneficencia gastando más de millón y  medio de nuevos soles  al año en arroz, azúcar, aceite, leche, ternos, etc. Seguramente que otras instituciones distribuyen sus recursos recaudados, y esto es porque existe la convicción de producir, de generar recursos, de su visión empresarial para que sus centros de producción sean beneficiados y eficientes. Sin embargo, nuestra institución corre en el más humilde desamparo de creatividad para generar recursos. La universidad no está para asumir desatenciones e imprudencias laborales de los gobiernos de turno, nuestros hermanos administrativos deben comprender que la universidad no está en función a sus necesidades. No estamos solamente para pedir, nos acostumbramos a ser conformistas e indiferentes hacia el dar, es hora de involucrarnos en generar recursos y estos orientarlos en beneficio de la institución en general. No creo que sea posible mirar las preocupaciones y protestas estudiantiles al no tener donde sentarse, ni los materiales didácticos y tecnológicos necesarios, con 7 años sin implementación de bibliografía, sin laboratorios apropiados, mientras que grosera y pancistamente nos echamos al olvido institucional y a pedir y repartir  lo que no tenemos o lo que no nos alcanza.  
  
k.- No podremos acreditarnos, si la universidad camina académicamente sin modelos de metodologías de aprendizaje universitario, sin modelos de evaluación, ni monitoreos permanentes del currículo y sin sistemas de tutorías para prevenir deficiencias y dificultades en el aprendizaje de nuestros alumnos.

l.-  No podremos acreditarnos si somos egocéntricos al conseguir un Post grado y colgarlo en el lugar más preciado de nuestro hogar y que si pudiéramos lo bordaríamos en el lugar más visible de nuestra vestimenta, “CUANTO MÁS SE SABE, UNO SE ENTERA DE LO POCO QUE SABE, pues, en esta clase de profesión nunca se conoce lo suficiente. Sin embargo, nadie garantiza que éstos sean indicadores de calidad, porque nadie produce,  ni investiga, ni se tiene por lo menos un enano artículo científico  para poder sostener nuestra credibilidad y acreditación personal.  POPPER habla de tres mundos , el mundo objetivo de la realidad, el mundo de las percepciones e ideas acerca de este primer mundo, donde se dan conjeturas acerca de sus entes y naturaleza y el tercer mundo, el mundo de las ideas publicadas y, por tanto,  susceptible de ser analizado y criticado por los demás y hasta por uno mismo. La ciencia se da sólo en ese tercer mundo. No somos magísteres o doctores basados en un simple cartón que adorna un cerebro seco y maloliente.

m.- No podremos acreditarnos si el abusivo nepotismo sigue enquistado en algunas facultades, priorizando el interés y bienestar de nuestros seres queridos y abusando de las normas, imponiendo cambios de resoluciones en C.U,   o intentando maniobras para poder obtener una plaza para nuestra familia.

n.- En autoevaluación ¿Cuánto se ha invertido económicamente desde la gestión anterior y cuánto se ha hecho hasta ahora? El Director de  Planificación nos revela la pérdida “de la clave” para obtener los informes sobre este despilfarro por parte de aquellos que movieron nuestros recursos escasos.

p.- La universidad pública ve muy lejana su acreditación, porque se la vulnera en su  autonomía, su campus universitario, su presupuesto y por ende su calidad. El congreso de la República en el  alocado y desesperado deseo de sus miembros por la reelección, se comprometieron con el pueblo y lanzaron 11 leyes de creación y conversión de sub sedes y filiales a  Universidades, como por ejemplo:

- Ley 29652-CR del 14 de enero del 2011, creó  La universidad Nacional       Autónoma Altoandina de Tarma  que afecta la filial de la UNDAC, como también la sede de UNCP.
- Ley 29616-CR del 19 de Noviembre del 2010 se creó la Universidad nacional Intercultural de la selva Central “Juan santos Atahualpa” en la ciudad de la Merced, afectando la filial de la UNDAC, también  afectando la sede de la UNCP ubicada en Satipo. La que incluso pretende dividirse en dos universidades más, a través del Proyecto de Ley Nº 4550/2010-CR que crearía la Universidad Nacional de Satipo.
Todas estas imprudencias detienen el avance institucional ya que no se cuenta con un Proyecto de Desarrollo, ni autorización de funcionamiento provisional. En algunas universidades se han detenido Las clase como en Huancavelica por la creación de la Universidad de Tayacaja, los presupuestos de las universidades han sido recortados para destinarlos  a las filiales o sedes convertidas en universidades. ¿Qué dice nuestra Institución???...

En fin, no me cansaré hasta lograr por lo menos un colega que piense  en lo peligroso de estas acciones negativas,  entre las muchas que existen. Las imputaciones, las críticas imprudentes, la oposición a visualizar y redefinir la universidad no tiene  fundamento, aún no nos adaptamos a esta realidad global, las injurias contestatarias me califican de tener  “UNA ENDEBLE ESTABILIDAD EMOCIONAL”  de vivir “EL FANTASMA DE HERODES”   de “RECIBIR PRESIONES  DE LOS QUE ESTÁN EN OPOSICIÓN”  de que “VEO UN PANORAMA SOMBRÍO PARA REIVINDICAR MI PROPIA CARRERA”, que “NINGUNEO SARCÁSTICAMENTE” que “MIS DISCURSOS RESULTAN ESTÉRILES Y AGONIZAN EN LOS POCOS CONSUMIDORES DE CULTURA”, Etc.  Sin embargo, dejo estos adjetivos para que los propios lectores se identifiquen con ellos o me den la razón, porque yo no soy quién para calificar mis propias inquietudes ni los que están en la otra vereda equivocada del poder. Lo que si debo pedir disculpas, es por mis acciones ante el compromiso institucional que asumí  para aceptar el cargo de DIRECTOR ACREDITACIÓN UNIVERSITARIA que me propuso el Dr. Zenteno y el Dr. Guardián, para luego presentar mi inmediata renuncia: Recibí más piedras que en operación de desalojo, al convertirme en un ratón intruso por quitar   el queso de la torta política a repartir  a otros que correspondía como retribución a los sometimientos electorales. Mi subjetividad al aceptar inicialmente un cargo, me impulsó al principio ético de contribuir con mi institución sin miramientos políticos de grupo. Porque oponerse no significa ser indiferente, todos somos parte del problema, queramos o no. Es fácil lavarse las manos y las uñas para generar una asepsia moral ante los que están en el poder, olvidando nuestras funciones y los compromisos con la  institución. Sin embargo, la dulzura del poder aún no entiende esta concepción, de ahí la polarización.   Si politizamos a la ACREDITACION volveremos a la anterior gestión: “TODO ESTÁ MUY BIEN, EL MUNDO NOS CONOCE Y NUESTRA INTERNACIONALIZACIÓN Y ACREDITACIÓN TOCA NUESTRA  PUERTA” No soy pesimista, pero busquemos una pista para nuestra despistada AUTOESTAFA.           

                                               

domingo, 12 de junio de 2011

CARTA DE RENUNCIA AL CARGO QUE ME HAN ENCOMENDADO

SEÑOR, Dr. Ricardo GUARDIÁN CHÁVEZ

RECTOR DE LA UNDAC Y PRESIDENTE DEL HONORABLE CONSEJO UNIVERSITARIO.

SEÑORES MIEMBROS DE ESTE HONORABLE CONSEJO:

            Estoy sumamente convencido   de que la Universidad Pública Peruana se debate en una crisis estructural, basada especialmente  en “La crisis del recurso humano”, en la falta de involucramiento para lograr la calidad  como una adecuación del ser y quehacer de la universidad  a su deber ser. Y este “deber ser” lo defino siempre  como el tema de fondo que no es la evaluación en sí misma de la calidad, sino de crear procesos y buenas prácticas que garanticen una mejora continua de la calidad, fomentando valores y convicciones para poder generar una cultura organizacional con miras a consolidar una formación integral de nuestra juventud y  compromiso ineludible con el desarrollo social. A esto le llamo “La gran ansiada acreditación” la que generará la máxima confianza hacia nuestros servicios y la satisfacción social frente a lo que decimos y hacemos.

                Sin embargo, los disensos con que siempre camina nuestra institución,  consolidan mis pensamientos plasmados en mis últimas publicaciones y que se demuestran por las desenfrenadas luchas por el poder, dejando atrás los objetivos institucionales, y consagrando intereses personales y de grupo.

                Mi designación  como Director de la Oficina de Autoevaluación y Acreditación  ha conllevado avivar la polarización política en el constructo interno de los órganos de gobierno y que deteriora objetivos   institucionales, lo que me involucra hacia una culpabilidad personal, de la cual no deseo seguir motivando. Más aún,  la actitud cuestionable del Decano de la facultad de Educación, que sin tener conocimiento y capacidad para dirigir los destinos de esta facultad, emplea el tiempo valioso para estimular sus apetitos políticos,  convocando a un consejo de facultad para azuzar a sus huestes, y  denigrarme como persona y como profesional,   estimulando a un  grupo de irresponsables docentes para elaborar una moción en contra de mi designación como Director de la oficina de Autoevaluación y Acreditación ante el honorable consejo universitario, por el solo y simple hecho  de haberles impedido designar a un miembro de su grupo como retribución  a los favores electorales recibidos. Por lo que debo admitir que,  la frontera entre el comportamiento canallesco y el comportamiento civilizado y respetuoso,  es muy débil en nuestra institución

                Es lamentable que los inconvenientes históricos y nuestra escala de valores  y actitudes frente a la construcción institucional, sea uno de los obstáculos para consolidar  una actitud valorativa de la meritocracia  y avivar los gritos pedigüeños por retribución,  y que la situación de nuestra universidad sea producto lamentable  de errores muy profundos, de valores torcidos y de percepciones equivocadas profundizadas en la última gestión institucional y  que nacen en el propio seno de la mediocridad y en las luchas intestinas para enquistarse en el poder.  Estoy convencido de que nuestra institución  podrá lograr su nuevo estatus, si contamos con autoridades líderes y recursos humanos calificados y competentes. Ninguna institución en el mundo ha logrado su calidad en manos de la mediocridad.   Por ello que, partiendo por nuestra acreditación personal, la acreditación institucional se va haciendo cada vez más distante y la gran tarea política por cambiar de actitud  no es la  del que apaga  las llamaradas una vez que el fuego se ha extendido, sino la de quien previene y evita los incendios. Pues, no se protege a la UNDAC sancionando éticamente  a quienes corrompen sus funciones para priorizar sus intereses, sino blindándola  contra las posibles transgresiones de la mediocridad e ignorancia.

                Por tanto Sr.  Presidente y Miembros del Honorable Consejo Universitario, una abstracta filosofía política,  o mejor dicho, una melancolía política, me hace reflexionar y poner a disposición  el cargo que se me ha encomendado. Mi único objetivo al haberlo  aceptado,  era netamente institucional, una forma de asumir un compromiso,  porque somos parte del problema nos guste o no. Es fácil lavarse las manos y generar una asepsia moral cuando pensamos que somos contrarios a la gestión, sin embargo, no deseo deteriorar con mi presencia los avances de nuestra acreditación,  al dividir opiniones y estar enfrascado en dirigir una oficina de  acreditación frente a la desacreditación al generar  actitudes políticas nefastas,  imprudentes e impertinentes.  Soy muy amigo de todos Uds., pero más amigo soy de mi institución carrionina y no deseo hacerle daño. Por ello que debo  blindarla  contra esas excesivas transgresiones, rogando a Dios que dé valor, capacidad y poder de identificación a nuestro Rector y a todos los miembros,  para que los acuerdos  del Honorable consejo Universitario arriben a consensos y no a disensos que deterioren a nuestra institución y que mi renuncia sirva para consolidar  la meritocracia institucional. Este es mi gran anhelo.

                Presento mi infinito agradecimiento  a todos los miembros  del honorable consejo universitario  que han confiado en mi persona   y mis respetos y disculpas a los que no comulgaron con esta designación. Sin embargo, debe quedar claro  que,  no solamente desde un cargo podemos identificarnos y contribuir al futuro de  nuestra institución, desde cualquier humilde  rincón siempre seré protagonista y no un simple espectador; seguiré luchando por la transformación de la UNDAC, ya sea con mi producción intelectual, con mis sugerencias, o como siempre lo he hecho, con mis críticas constructivas que son el gran alimento para nuestra acreditación.

                Por último, deseo por su intermedio  Sr. Rector, extenderle el informe al Decano de la Facultad de Educación y al Vicerrector Académico de nuestra institución, para decirle  que,  estoy sumamente orgulloso de proceder y de estar formado integralmente en mi alma mater UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO, institución republicana que desde 1824 viene forjando  profesionales de alta calidad y competitividad académica y científica y que excluye taxativamente el principio  chauvinista  y endogámico que solo lo enarbola la ignorancia y  la mediocridad.

                               MUY RESPETUOSAMENTE


                                                                                                           Jorge Luis AMAYA REYES